El incentivo humano más poderoso es el social y la comparación. De ahí que los sitios web con reseñas, exploten este sesgo que tenemos los humanos. Ya conocemos muchos detalles de esquemas de estafa en reseñas que habían urdido algunas marcas en Amazon o TripAdvisor (por poner sólo dos ejemplos conocidos). Hace unos meses en New York Times leíamos un reportaje sobre las redes mafiosas que extorsionaban a autores que tenían sus libros publicados en Goodreads (sitio donde se pueden consultar reseñas de libros). Amazon ha comenzado a interceptar bases de datos de clientes con reseñas falsas. Hace unos días, demandaba a AppSally y Rebatest, entre ambas compañías reunían a más de 900.000 miembros que publicaban reseñas falsas. Está expulsando a las empresas que parece contratan esas reseñas falsas. Pone en evidencia lo que sabemos que es un secreto a voces. Vendedores de Amazon dando productos gratis a cambio de reseñas.
Esto nos recuerda lo complicado que es generar confianza en la economía digital y en estas plataformas en particular si no se arregla todo lo “fake”. En este caso, las opiniones falsas o “fake reviews”. Seguro que buscáis las opiniones de las de 4 estrellas y las malas. También si vemos que hay muchas de 5 pero a la vez muchas de 1 o 2, sospechamos. Es cuestión de ver la distribución de los valores, muy útil en estos casos, como en otros cuantos de la vida. Pero es evidente que sufrimos de ese sesgo por lo que otros opinan. Por eso, en una estrategia de venta por Internet es fundamental tener un sistema para que los usuarios y consumidores opinen sobre el producto o servicio en cuestión.
Por ello, harían bien las marcas en comenzar a trabajar en un sistema de reseñas honesto y transparente, en el que todos sepan lo que otros como yo opinan. Parece buena idea que se esté trabajando en hacer responsables a las marcas de la honestidad de la opinión de los demás.