Hace unos días, Mango anunciaba que estaría presente en el Metaverso a través de su asistencia a la semana de la moda de Decentraland. Supongo que en esta frase ya hay varias cuestiones que merece la pena explicar. La primera es el metaverso: ese mundo más allá en el que la gente está relacionándose y comprando activos digitales. Sí, ya hay marcas que, junto con el producto físico, venden su réplica digital en forma de NFT, que es el nombre que reciben los activos digitales únicos que también puedes adquirir (como si fuera la prenda física de ropa). En el caso de Mango, ha creado “Mango Metagirl”, “Mango Ad Astra” y “Hanna in the Clouds”, respectivamente. Estas prendas, también las subirá a la plataforma OpenSea, uno de los principales marketplaces de NFTs.

Estos movimientos se alinean con una era en la que la cultura, de la autenticidad y la originalidad, busca diferentes formas de expresarse. Estos movimientos, fortalecen el ecosistema de canales y de colaboraciones en el que basa la presencia digital cualquier empresa, mientras a su vez reafirma su compromiso por la innovación digital y el contacto estrecho con la comunidad de clientes. Y es que cada vez hay más gente asistiendo a actividades digitales dentro del metaverso.

¿Y cuál es el reto para cualquier comercio? El desarrollo de contenido digital. Por eso las ramas del conocimiento en torno a animación y arte digital, están creciendo tanto. Desarrollar en el futuro nuevos proyectos que nos permitan sumar el entorno virtual (que no es sinónimo de digital) a los entornos digital y físico, parece clave para las compañías.