El 65% de las y los consumidores admite haber dejado abandonado el carrito de la compra en alguna ocasión. Un carrito abandonado es una compra no finalizada, en la que la intencionalidad por parte del cliente de adquirir un producto ha sido “revelada” de alguna manera (ha dejado un producto en el carrito), pero por algún otro motivo no conocido, no ha finalizado (proceso de pago, gastos logísticos, etc.).
En un momento como el actual, en el que la inflación parece que es el principal motivo detrás de muchas decisiones de consumidores, parece que son los gastos de envío los que más están explicando este fenómeno. El 36% de los consumidores que han sucumbido a este síndrome en el último mes lo han hecho por ser confrontados con inesperados y elevados costes de envío en el tramo final de la compra. El segundo factor que más contribuye es la utilización de cupones o códigos de descuento no aplicables a la compra (26%). Otro 25% deja el carrito abandonado porque estaba simplemente haciendo una prueba para finiquitar más tarde la transacción. El 20% de los consumidores interrumpe asimismo la compra porque los artículos solicitados estaban fuera de stock. Las tasas de abandono son más altas en los smartphones que en los ordenadores. No en vano, aunque el 55,5% de los procesos de «checkout» tienen lugar en el móvil, solo el 50,1% de tales procesos se completan.
Estos datos nos deberían hacer pensar que no solo tenemos mucha información de intenciones de compra de clientes en los carritos de compra, sino también oportunidades de registrar un mayor volumen de ventas, y conocer mejor a nuestros clientes. Por ello, la gestión de carritos abandonados es algo igualmente relevante para cualquier comercio.