El número de canales de venta, especialmente en el canal digital, ha aumentado significativamente durante los últimos años. El problema es que muchas empresas propietarias de productos los gestionan de forma individual. Es decir, trazan relaciones bilaterales, con los evidentes problemas para mantener la información actualizada y ofrecer una experiencia única al cliente. Según el informe Future of Retail (El futuro del retail) de Raconteur, de cada 100 compradores que te visitan online, 70 se van sin comprar. Los detalles más pequeños, como una imagen mal posicionada, un precio incoherente con otro obtenido previamente o una descripción engañosa del producto, pueden destruir la confianza de la clientela ganada con tanto esfuerzo.
En este contexto ha nacido lo que se llama gestión P2C (Product-to-Customer), que agiliza la ruta que tienen los datos de productos a medida que se mueven entre proveedores y compradores. Esta gestión P2C elimina la necesidad de hasta 50 aplicaciones diferentes dentro de una organización. De esta forma, el dato queda actualizado entre los canales propios (los que se pueden tener en una tienda online propia o en alguna solución de venta en redes sociales), con lo que se pueda tener en medios de terceros como un market place. Ahí, herramientas como Mirakl, que está comenzando a llegar con fuerza a España, destaca entre otras.